martes, 26 de agosto de 2008

Aquel que un día encontró el calor

"Hoy día caminaba por la vereda, como siempre lo hago, empecé a vivir en su totalidad hace muy poco y una vereda era una experiencia.
Pasaba yo por una zona en la que las casas se veían todas iguales y no encontraba respuesta a esa incertidumbre , que me venía aquejando hace algunos días .
Decidí fumarme un cigarrillo así que saque uno, el último que me quedaba, de mi bolsillo y lo encendí con la misma frialdad de siempre. No se si habrán pasado minutos o quizás segundos cuando apareció, saliendo de una esquina un sujeto que casualmente tropezó conmigo, fue un leve golpe que hizo que mi cigarrillo se fuera al suelo, me pidió disculpas y siguió su camino. No intercambiamos palabra alguna pero yo presentía que era un ratero, así que revisé mis bolsillos por si acaso me faltaba algo (fue un reflejo más que una prevención puesto que no llevo nada en mis bolsillos). El tipo se alejó y se perdió en el otro lado de la vereda.Tendrá, fácilmente unos 20 años, su barba aun incipiente me lo reflejaba, tenía una casaca color marrón y un jean , zapatos de vestir y miraba hacia el suelo como diciendo ¿por qué? tenía las manos en los bolsillos y un polo negro que decía "No" y lo demás era lo de siempre. "



"Desperté temprano, mi papá me iba llevar a la universidad, salí de mi cuarto y vi una nota que decía -Lo siento hijita, tuve que salir temprano, te he dejado el pasaje en la mesa y un sanguche por si tienes hambre.Típico en él, siempre tiene esas reuniones de directorio en las mañanas que muchas veces son como un balde de agua fría.
¿Y ahora? me cambié, desayuné, como estaba molesta con papá no quise comerme el sanguche y salí , eran como las 9 de la mañana y algo más, apagué la terma y salí.
En el micro crucé la mirada con un chico, era extraño, atractivamente extraño, estaba con una casaca marrón, un jean y un polo que decía "NO", me dio un poco de risa verlo tan metido en sus pensamientos y me pareció fatalmente simpático. Se bajó, creo que en la avenida Raúl Ferrero, y caminó despacio, seguí su caminata por un rato hasta que me di cuenta que mi interés se hacía evidente."

"La chica no le sacaba los ojos de encima, es increíble como las hormonas a esa edad nos traicionan, sin duda el chico era simpático pero a parte de su polo "NO" no le encontraba nada interesante. Sólo vi que se bajó en la Raúl Ferrero, caminaba pausadamente y como pensando en cada paso que daba, fue gracioso."


"No entiendo cómo dejan entrar gente así a un lugar como éste, el chico este apareció de la nada y empezó a gritar, qué se habrá creído, el muy moderno seguro, con su polo "NO" y su mirada de loco, jaja, seguramente su mamá esta en su casa orgullosa de él, mientras él acá haciendo sus sonseras, arruinándonos un buen almuerzo. Ojalá Carlos estuviera aquí, él si le haría frente a esa clase de energúmenos. No atiné a otra cosa que gritarle "Loco de porquería" pero parecía que no me hizo caso alguno ¡Caray!. Pensé que hoy no me pasaría nada malo después de lo de Carlos. Oh Carlos..."


"Simplemente se paró sobre la mesa y empezó a gritar algo como que todos eramos ciegos y que el era el único que podía ver, cosas raras, ¿posesión? no lo creo, los del restaurante lo calmaron al toque, le devolvieron su casaca marrón y le dijeron que por favor se vaya. Eso hizo. Una señora estaba escandalizada, empezó a insultarlo pero el chico parecía no sentir nada. Qué habrá querido decir, bueno, es evidente que es ese tipo de mensajes de reflexión y tanta estupidez, pero en fin, locos hay en todas partes. Hoy estamos acá, otro allá y lo único que espero es no cruzarme con él."


"Otro de esos que quiere llamar la atención, los conozco bien, hacen cualquier payasada con tal de que la gente comente, no soportan vivir desapercibidos, y en vez de escribir un libro y hacerse famosos recurren a esto, al ridículo, vi que se iba pero ¿a dónde puede ir un loco?, mejor dicho,¿a dónde debe ir un loco? ¿debí haber gritado "¡Un loco suelto, cuidado!"?, ese hubiera sido un acto de nobleza, vi que caminaba extraño, totalmente insano, no podía permanecer de pie, ¿borracho? no lo creo, como ya dije, quería llamar la atención, pobre idiota, seguro no le bastó con su polo negro. El día estaba tranquilo hasta que apareció. Al menos tendré algo que contar en la oficina, hace tiempo que mis comentarios patéticos sobre Lucía provocaban bostezos."



"Hace tiempo que Gianina no es la misma, que ya no siento sus brazos y menos aún sus manos, esas de las que tanto me jactaba de poseer. Qué le habrá pasado, ¡sus ojos maldición sus ojos! deberían hacer una subasta por esos ojos, yo pagaría lo que fuese necesario para seguir viéndolos un segundo más. Hoy es uno de esos días en los que me encuentro vulnerable y puedo desaparecer en cualquier momento. Hasta ese punto del día (demonios, cuánto sol) Gianina ocupaba mi mente en un 117% hasta que vi sentado en una de esas bancas verdes de la avenida a un tipo.
Tenía ganas de preguntarle que le pasaba, no podía. Quién era yo para interesarme por un extraño. Sus ojos mostraban lo demacrado que estaba, su pelo todo despeinado y sus ojos... Su casaca marrón ya mostraba lados oscuros y sus pasos vacilantes, alcohol quizás. Pensé que se me acercaba, pero no. Logró sentarse en una de las bancas y sacó un libro, era la Náusea de Sartre y leía como si bebiera un vaso de limonada con tanta sed, cuánta sed."



"¡Está loco! quién puede lamer un libro así, cual chupete, y con esos ojos totalmente rojos, un muchacho lo observaba (seguramente estudiaba psicología) pero yo lo único que quería era alejarme, ¡justo hoy! en un mal día me vengo a encontrar con locos así, no es que me afecte ni nada, pero bastante se ha dicho de la coincidencia divina, del destino.
Ese insulso libro era la Náusea, he escuchado de ese libro, pero no sabía que volvía loca a la gente, no lo creo. Cada loco con su libro."


"Después de todo, qué más podía esperar, esos gritos de gente que no dejaban de retumbar en mis oídos, sus súplicas bajo el sol que no para de brillar cuando ya no tiene nada que hacer. Y dentro de esta atmósfera irrisoria me encuentran escapando y me señalan y me dicen loco y me creen loco (si lo dijeran no tendría importancia alguna). Y ese sol, ese sol, aj, qué asco, ¿cómo?¿por qué?¿ por qué brillas justo hoy que salgo a la calle?¿qué te he hecho? no puedo hacerte nada, eres tan cobarde, estas ahí arriba y nos sometes a tu poder divino y tenemos que aguantarte, no hay otra. Y en estas brasas malditas nos quemamos todos y nadie se da cuenta, solo yo, qué gracioso, todo se quejan por las cosas mas triviales de las que se puede quejar un ser humano y no se quejan por que el sol salga todos los días y nos achicharre así, valla idiotas.
No comparto con nadie este mi mundo y menos con alguien igual a mí, no podía creerlo, lo veía sentado, respirando el mismo oxígeno que yo y pisando el mismo suelo que yo, era inconcebible. Tenía que pararme frente a él y decirle que no hay lugar para tres, eramos el Sol y yo, nada más, ¿qué hacía él allí? "¡que se valla!" pensé (y creo que lo dije en voz alta). Me lo imaginaba respondiéndome con un escupitajo o con una risa de esas. Las malvadas.
Contéstame, qué esperas, ¿tan cobarde eres? te escondes en Sartre, qué fácil, así cualquiera, así no juego, me voy"


"Ahora en Lima se puede ver de todo, dos loquitos compartiendo la misma banca discutiendo y escupiéndose, llega hasta ser cómico, es cómico. ¿En qué descuajeringado mundo vivimos? Me gustaría entrar en la discusión, pegarle a los dos, pro eso sería digno de un matón, no soy un matón, verlos tan indefensos: uno agarrando un libro y usándolo como un escudo, escupiendo de vez en cuando y el otro enumerando todos los insultos que se conoce y, bueno, escupiendo.Una pelea como de gatos callejeros, como de fieros carmelos.
Su polo negro queda perfecto para esta reyerta, la palabra "no" conjuga perfectamente con esta escena sin mucho sentido. Bueno, empezaron los golpes, sin duda está entretenido, debería detenerlos. Mejor no, ja, se ven tan estúpidos. Y seguramente yo también parezco un imbécil viendo esta escena, seguramente no tengo nada que hacer. ¡Dios mío! ¡no tengo nada que hacer! qué cruda realidad. Pero no me voy a poner a pelear, por qué lo haría, yo no estoy loco, esos idiotas están locos, mirando como se pelean. No hay otra, sol de mierda, necesito desahogarme, no estoy loco, sólo quiero pelear "


"Volteé por un segundo y los vi, tres locos peleándose en plena vía pública, a vista y paciencia de medio mundo. Ya no sé qué más esperar, un día veo como muere un perro por una soberana bala, disparada por un soberano idiota y hoy veo a tres locos peleándose por quién sabe qué y desde quién sabe donde y hasta quién sabe cuándo, es el calor, el calor nos vuelve locos a todos, nos desmenuza, sólo somos neurona tras neurona, aliento tras aliento, mirada tras mirada(¿no?) y nada más y si nos vamos cayendo a pedazos en este nuestro coliseo y Calígula aya arriba, riéndose de nosotros.
Veo como el del libro pelea como una niña, con su polo negro que dice "no" y su casaca marrón. Los otros dos tampoco saben pelear y sería mi deber detenerlos, la gente me mira como diciéndome "¿por qué no los detiene?", qué puedo hacer yo, también tengo calor, Calígula también se ríe de mí. No me queda otra, creo que ya me toca, no estoy loco, sólo tengo calor"


"Y el sujeto con el polo negro y el de las sandalias y el de lentes y el policía, todos peleando, ¡dios! dónde estamos, las autoridades están locas, el mundo está escupiéndose y hay un sol y unas ganas...
Unas ganas de sacarle la mierda a todos y a todas, a todas, a mí mismo, a mi padre y a mi madre. es ese "no" que todos llevamos dentro, está bien, lo sacaré. ¡¡¡Ahhhh!!! "



"Somos ya unos veinte, ¿qué hacemos? nada, nos sacamos la mierda sin sentido, esperando que pase el calor, que dentro de todo al final seamos uno solo, una masa homogénea y que la saliva se derrita y se evapore, que nuestra existencia pase a ser parte de la historia, que sea como una buena pisada de caca, algo que se digiera en un poco más de tiempo, algo que nos saque del mundo, que nos deje atónitos y que haga dar ganas de decir "no" y de gritar y de callarse y de seguir gritando. Y pensar que al principio sólo eramos yo y Jean Paul. No lo podía aguantar más, si no era hoy era mañana; si no era mañana era pasado y si no era pasado era ayer. Agarré mi único polo decente y salí en busca de ese desahogo, las miradas lo decían todo. El mundo ya se olvidó para que fue creado, quise recordárselo pero somos tan nimios que ni siquiera nos damos cuenta donde estamos parados, nos olvidamos del Sol y peleamos, escuché Calígula por ahí. Sí, ese Sol que nos abraza y nos zarandea y no nos deja ir y se burla de nosotros, y nos quema y nos hace yaya y nos escupe, ¿porque no podríamos hacerlo nosotros? por qué por qué por qué por qué por qué por qué.
¿Por qué se hacen tanto problema? ya somos veinte y podremos ser más, ¡oh mira! veintiuno, hombres, mujeres, policías, locos de mierda, niños de mierda y Jean Paul, todos destrozándonos y siendo uno, una unidad con poco sentido y con muchas aristas, con muchas miradas, con muchos puños cerrados y con fuego entre cada uno de sus componentes, ese fuego que nunca se quiso apagar y que hoy lo puedo sacar sin miedo, sin miedo a que me vean como loco, a que piensen mal, al fin y al cabo, ¿no todos pensamos mal? al fin y al cabo ¿no todos sentimos calor?
Que sigan pensando mal, eso no me importa, vaya, ¡treinta!, cada vez somos más los que sentimos, los que se conmueven y tratan de cambiarlo. Ahí vienen. y pensar que todo empezó con un cigarro, con una pobre mirada. Ya están aquí. Esperen un momento, ya no siento mi polo ni mis pies, ya se los llevaron, es lógico, hay gente que no entiende, que mezcla las cosas. Ya no siento mi libertad. Me aprieta mucho, ya no puedo respirar, soy algo más que sudor y carne y metal y llave y no hay pies, no hay tiempo para caminar, no hay polo negro que me salve ahora, ya me tienen, me encerrarán y me harán comer caca y mi apodo será "el comecaca" y me verán con asco, con lástima y mi vida la regirá una llave y los sentimientos que alguna vez fueron míos, serán de ellos y se darán cuenta y dirán "puta, ¿qué he hecho?" y podré reírme, pero mientras tanto sigo peleando y escupiendo todo lo que se mueva, no me importa si son ancianas o crucifijos o ancianas con crucifijos, lo importante es que se mueva.
Cuarenta, cincuenta, cincuentaitrés ahora sí, hay carros parados, hay polvo, hay luces, hay todo lo que he visto y todo lo que soñé que habría, mujeres llorando, una en especial, me reconoce y no entra, se queda afuera, muriéndose de calor y de sed. Ven, no te haremos nada que tú no nos harías, qué esperas. ¡Cincuentaicuatro!
Y el odio, y el desahogo y la sed y el hambre y el calor y Calígula que no para de reírse, eso querías; que nos volviéramos locos, bueno, lo lograste, ahora si estamos en todas partes y en todas partes tú, y en todas partes ellos y en todas partes tú contra ellos.

Bueno, ahora sí, ahora sí ya no siento nada, ni mis pies, ni mis manos, ni ese grueso metal, ahora sí, a dormir, a llorar por dentro y llorar por fuera, diganle a mis sesenta nuevos amigos que el juego terminó. ¡Ah! y por favor no le digan a mi mamá que estuve aquí, por favor no "

1 comentario:

Anónimo dijo...

keep going.

m.