Hace mucho que no descargaba todos mis traumas infantiles en estas críticas destructivas hacia alguna de esas cosas que me desagradan y hacen que imagine a personas calatas ardiendo en alguna caldera con una bruja fea riéndose de ellas.
Esta vez hablaré de los ya mencionados: "Machitos" , sí , los gallos del gallinero, los sujetos que voltean la cabeza cuando ven pasar a una chica en jeans, los que silban, los que escupen, los que se llaman Jhonathan (y sus derivados), los que no se pierden una pichanguita, los que se refieren a sus hijos como "mis chibolos", los que usan la palabra "jerma", los que cada vez que pasan por una ventana, o por un espejo se miran y se arreglan y piensan "uta que rico estás",los que se identifican con la canción que dice "bendita sea mi mama por haberme parido macho" de Lisandro Meza, los que usan polos manga cero para verse mas machos, los que se toman fotos haciendo algún ademán con las manos, los que se sienten orgullosos de sus heridas, los que nunca aceptan que en algún momento han llorado, los que se meten a los gimnasios, los que se peinan para atrás, los que disfrutan del reggaeton, los que siempre (SIEMPRE) usan lentes de sol... en fin.
Los problemas comienzan por donde deben comenzar, es decir, un padre "machito" siempre engendrará un hijo "machito", a menos que se dé el síndrome Bayly o algo por el estilo. El niño, va dejando de lado a su madre (a la que a muy temprana edad llamará "vieja") hasta cierto punto debido a que el macho mayor trata a la madre (a la que no debemos tenerle compasión, por haber sido tan tonta como para haberse casado con un Homo Erectus) como un objeto meramente relativo a la cocina y a la satisfacción nutricional. Este sentimiento, se le va haciendo tan natural a Jhonsito que cuando sea Jhon,y se dé cuenta que su nombre es una porquería, sólo buscará mujeres para saciar su necesidad de comida fácil y de lo otro.
Mientras Jhonsito va haciéndose todo un varón y ya le crecen los pelitos en todas partes, se va dando cuenta que existen criaturas que complacen su vista y de vez en cuando su tacto: mujeres. A muy temprana edad, estos pichones tienen sus primeras experiencias relacionadas con el otro sexo, lo que los hace sentirse superiores y burlarse de la gente que usa lentes. Cabe resaltar que estos seres en toda su vida llegan a leer, en promedio, 2 a 3 libros, comprendiendo un 2.37% del total de la lectura.
Los gustos musicales de estos mero mero machos es muy variado, llegan al éxtasis escuchando un buen perreo, una cu-cu cumbia o alguna salsa sensual.
Es pertinente resaltar una cualidad que se repite constantemente, en estas "personas" se da una paradoja digna de estudiar, a pesar de estar en la escala de "los más machos", ante una decepción amorosa, sufren más que cualquiera, y esa es la etapa donde se humanizan más, les entra el gusto por escribir (usan su léxico de 50 palabras) poemitas que se pueden resumir en "te quiero" o "te amo". Se vuelven muy muy cabros.
Otra paradoja que se da en la naturaleza de estas especies, consiste en la repulsa que les genera conocer a uno igual a ellos, cuando ven que otro macho se acerca y amenaza su hegemonía, lo detestan y se lleva a cabo una pelea por el poder, algo que para mí es ilógico, sería como escupirle al espejo o algo así.
Detestan tener ropa que no sea de marca, sus zapatillas tienen que ser Nike, porque si no "no pasa nancy cazza", los jeans y los polos deben ser 3 o 4 tallas más para que se les vea grandes y poderosos. Y un detalle que no puede faltar: el arete. Sólo en una oreja, porque en las dos es maricón, y mientras más brilloso mejor.
Tienen un pésimo sentido del humor y no tienen más de 5 temas de conversación.
Entre los temas de conversación favoritos de los machos encontramos: Fútbol (nacional preferentemente, pero también internacional), mujeres (entiéndase: sexo), carros (si es que tienen plata, claro está) y, bueno, más fútbol.
Cuando llegan a la etapa de su vida en la que ya no se ven hermosos, siguen viéndose hermosos y esto hace que cada vez se vean más ridículos y finalmente, si tienen plata (y suerte) saldrán con una chibola de 16 años que fue abandonada por su papá a los 3 años.
(El tema de las parejas de estas criaturas es un tema aparte digno de un futuro post)
Llego al final, diciendo que a pesar de que no se sabe en realidad cuál es el objetivo en la vida, o cuál es el beneficio que se les puede sacar, o si es que algún día encontrarán la cura definitiva para erradicar a todas esas lacras, el mundo no sería tan gracioso sin ellos.
Sin otro particular, quedo de usted
atentamente,
ya fue
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