domingo, 21 de diciembre de 2008

a Andrea

Hoy me despierto y el rosado está vacío. Y pensar que sólo nos separan ocho tiempos, y quizás ocho países y quizás ocho años.
Quién lo diría, la pequeña ya viaja y se va sola y ahora es ella y el mundo, ella y su puño contra nuestras mejillas húmedas.
Buen viaje.

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