Hoy me despierto y el rosado está vacío. Y pensar que sólo nos separan ocho tiempos, y quizás ocho países y quizás ocho años.
Quién lo diría, la pequeña ya viaja y se va sola y ahora es ella y el mundo, ella y su puño contra nuestras mejillas húmedas.
Buen viaje.
No volveré a escribir...
Hace 12 años.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario